Historia de los coronavirus
En 2002, se profetizó como inevitable la aparición de nuevas enfermedades infecciosas, basándose en el hecho de que desde 1970, se habían descubierto unas 30 enfermedades infecciosas nuevas, y el autor nos recomendaba “esperar lo inesperado”, en el sentido de estar preparados para nuevas pandemias que pudieran ocurrir. Diez meses más tarde, se descubrió un brote de SARS en el sudeste asiático (2003), que afectó a 4300 personas en 32 países, cobrándose un total de 800 muertes según la OMS. La mayor tasa de mortalidad en ese brote ocurrió entre el personal sanitario.
Esta nueva infección supuso la primera amenaza viral grave del siglo XXI. En mayo del 2005, la OMS declaró erradicado el virus SARS. A finales del verano de 2012, se declaró un brote de un nuevo virus al que se bautizó como MERSCOV, esta vez en Oriente Medio, con 34 contagios y 18 muertos declarados.
Este virus, como el SARS, también producía problemas respiratorios como neumonía, pero no parecía ser tan contagioso. Ambos virus son zoonosis, y su origen parece provenir de murciélagos infectados por un coronavirus. La Organización Mundial de la Salud decretó el 11 de marzo del 2020 el estado de pandemia por infección por SARS-COV-2, tras haberse declarado los primeros casos en Wuhan en diciembre del 2019.
Cada microorganismo tiene su forma de propagación y debemos comprender la naturaleza de cada amenaza biológica para implementar NUEVAS MEDIDAS, que se sumen a las anteriores, que complementen nuestras medidas de protección universal y minimicen el riesgo de contaminación cruzada en nuestras clínicas dentales, para que continúen siendo espacios bioseguros.
Los virus son los microorganismos con capacidad infecciosa más pequeños conocidos, aproximadamente 100 a 1000 veces más pequeños que la célula que infectan.
Los virus se clasifican teniendo en cuenta su forma, su cápside, su material genético, y la presencia de cubierta o membrana viral, el huésped al que infectan y el efecto que producen sobre el huésped.